martes, 25 de junio de 2013

Todos la quieren, menos ella misma

Ok. Hace mmmm.. casi tres (?) años que estoy solterits xd y eso no me aproblema para nada. Sin embargo, por lo que veo y escucho de mis amigos, como que me hace falta un hombre, un pololo. Yo no sé si es porque reflejo eso o porque no soportan ver a alguien sin una pareja o un alguien que te ayude a no estar neurótica. La verdad es que soy tan despreocupada de eso que llega a desconcertar a los demás. No es que quiera estar sola toda la vida, porque en serio deseo todo lo contrario: un hombreparejaamigosociopartner conmigo hasta que la muerte nos separe. Y no lo considero cursi ni imposible, sino que es lo que nos merecemos todos. En mi lista de personas con las que nos hemos besado, se encuentran cuatro hombres que en su momento me gustaron. Pero por alguna razón, con esos cuatro muchachos no ha llegado a buen puerto "la relación". Para hacerla más corta, me ha ido mal en el amorsh. Me han jugado chueco estos hueones. Y ahora que estoy revisando mi historia amorosa, ya tengo la respuesta al porqué "ella no se quiere".
Una cosa sí es cierta: a pesar de que no haya estado con nadie estos últimos años, no quiere decir que no me hayan gustado algunos hueones por ahí. El año pasado conocí (o mejor dicho, me presentaron) a un amigo de mi querido y estimado amigo sacerdote, Darío. Me lo presentó por twitter y en un principio quedó en eso, un seguidor conocido más, fríamente hablando. Hasta que lo ví. Y lo ví por primera vez en la Misa de toma de hábito de mi amiga que está en la Visitación. Y cuando lo ví, me pasó esa mierda que no todos experimentan: el flechazo. Pero no fue un flechazo así que me dejó volando o con cara de ahueoná, sino que esa sensación de que algo tiene y no sabes qué es, pero te atrae un montón. Y lo más curioso es que NUNCA me había pasado antes con nadie y es por eso que me quedó dando vueltas en la cabeza aquella sensación. Pero no todo es maravilloso: en ese tiempo, había vuelto con su polola y... bueh, dije yo, será. Desde ese tiempo hasta hace poco, no hablaba mucho con él, solo un par de menciones y ni pensar en volver a verlo. Supe también que había terminado con aquella muchacha definitivamente y que, supuestamente y dadas las circunstancias, yo tenía el camino libre (según el cura), algo de lo que no estaba convencida.
Por algo pasan las cosas.
Hace un par de meses volví a hablarle así como que no quiere la cosa y hace dos semanas, y gracias al P. Darío, nos juntamos los tres en el Parque Arauco. Hasta ese día, no me sentía nerviosa, pero cada vez que se acercaba la hora para juntarse, el estómago hacía de las suyas. Pero no fuimos solo los tres, sino que el cura invitó a la hermana de su mejor amigo, lo que en definitiva me ayudó un poco. Y aquí es a donde quiero llegar y donde, seguramente, lloraré al escribir esto porque es "tema" para mí. En el momento cuando el padre dice que esta niña también irá, pensé: "puta la hueá, no pudo haber invitado a alguien más?" Pero no es que ella no me agrade, sino que me sentí INFINITO más insegura de lo que soy. En un momento de la velada, el cura dijo: "niñitas, les informo que Felipito está soltero y es buen partido". Yo me sentí mal, porque hasta ese momento no sabía si ella estaba pololeando o no, y cuando dijo eso el cura, pensé: "ah ya, claro. Pa qué hace esa hueá?". Y con eso terminé por sentirme muy mal conmigo misma. Sentía que era tan poca cosa como para "jugármela" por él; que estoy súper gorda y, por lo tanto, fea y poco atrayente; que soy tan ahueoná que permito que este hueón se fije más en ella que en mí; me sentía una mal agradecida con el cura, porque el encuentro lo organizó él para que nos conociéramos y yo con cuéa le hablé; y finalmente, que estaba desperdiciando LA oportunidad de tener un hombre como él por mis inseguridades. Cuando venía de vuelta en el auto, pensaba todas estas cosas y tenía esa sensación rara... Después de llegar a mi casa, el cura me llama porque él había puesto algo en twitter respecto a la salida. Yo ví lo que puso al día siguiente, como al mediodía... y de pasadita, caché que me había agregado a facebook. Yo la verdad es que hace tiempo estaba esperando esa hueá: que él me agregara. Hasta que lo hizo. Y no sé cómo interpretarlo: le caí bien? Le interesé? No sé qué chucha. Lo dirá el tiempo, supongo.
Todos la quieren, menos ella misma...
Será cierto eso de que es un tanto inútil querer o amar harto a tu prójimo si no te amas a ti mismo? Si es así, estoy mal porque quiero mucho a mi prójimo, pero puta que me cuesta quererme a mí misma.
Por otra parte, no me creo el cuento. No recuerdo que en algún momento me lo haya creído.
Entonces, qué chucha hago? Por dónde empiezo: por mí o por él? O es algo en conjunto? Como no me han querido honestamente, es que pongo una barrera ante estas situaciones y por eso me despreocupo por tener a alguien a mi lado y, como resultado, despreocuparme de mí misma?
Necesitaré más paciencia?
"Señor, pongo todas estas preocupaciones e inquietudes en tus manos y ayúdame a entender y, sobre todo, a aceptar tu voluntad"
#esonomásescribo